El periodo de incertidumbre actual en la economía mundial plantea escenarios adversos sobre el crecimiento económico y la dinámica comercial de los países de América Latina. La Delegación Latinoamericana de la Asociación Americana de Autoridades Portuarias (AAPA Latino) expresó las perspectivas sobre el futuro de la región, considerando los factores disruptivos que han propiciado la volatilidad económica y las afectaciones directas sobre el sector logístico-portuario.
APPA Latino recalcó cuatro principales factores que repercuten directamente en la economía mundial: la pandemia por Covid-19, la emergencia sanitaria declarada por el brote de la “viruela del mono”, el conflicto ruso-ucraniano y la urgencia climática que ha supuesto el calentamiento global. Entre ellos, la Asociación subrayó los impactos de las nuevas olas de Covid-19 sobre la cadena logística y los principales puertos del mundo.
Particularmente, desde marzo del presente año, se ha observado una reversión de los descongestionamientos de los cuellos de botella en los flujos comerciales entre los puertos, debido a las restricciones impuestas para detener el avance de los rebrotes por Covid-19. Así, por ejemplo, “El Gran Atasco” del Puerto de Shanghái muestra la vulnerabilidad del comercio global, ante cierres portuarios y escasez de contenedores, pues se desencadena un efecto dominó entre los polos marítimos.
Por añadidura, el conflicto ruso-ucraniano ejerce una fuerte presión sobre los sistemas financieros, pero también, supone interrupciones y desviaciones en las principales rutas utilizadas en el comercio mundial. Asimismo, derivado de lo anterior, actualmente se enfrentan nuevos episodios de tensión sobre las cadenas de suministro y la relocalización de las cadenas globales de valor.
Por otro lado, la urgencia climática, derivada del calentamiento global, también supone un factor de riesgo para el sector portuario. De acuerdo con un estudio publicado en 2021 por el Centro Nacional para la Investigación Atmosférica de Estados Unidos (NCAR), las proyecciones apuntan que 2.013 infraestructuras portuarias al año 2100 podrían ver afectadas sus operaciones por razones climáticas.
Además, se identifican factores de riesgo naturales que podrían causar un daño irreversible sobre 289 puertos en riesgo “extremo”, en caso de no existir retroceso en las emisiones de gases de efecto invernadero. Algunos factores como las precipitaciones, cambios de viento, aumento de oleaje y nivel del mar, además de la frecuencia e intensidad de los huracanes, impactarían negativamente a puertos del Caribe y Estados Unidos.
En última instancia, la relocalización de las cadenas globales de valor, derivada de los atascos en China y los cierres de Rusia, han propiciado que Estados Unidos y Europa busquen la diversificación de canales de producción y comercialización mediante la práctica del ‘friend-shoring’ dirigida a América Latina.
Sin embargo, a pesar de las oportunidades presentadas por el friendshoring, las proyecciones de crecimiento de las economías latinoamericanas se estiman en 1.8%, ya que la crisis sanitaria y el conflicto ruso-ucraniano han desencadenado consecuencias inflacionarias y vulnerabilidad financiera. En ese marco, la agenda de inversiones a nivel latinoamericano, en materia logística-portuaria, continuará en marcha pese a los desafíos que supone la búsqueda de recuperación de la actividad económica en la región. La Asociación Americana de Autoridades Portuarias (AAPA Latino) espera que se eleve la competitividad de la región mediante el impulso a la innovación, tecnología e infraestructura.
En este contexto, la relocalización de las cadenas globales de valor supone una gran oportunidad para la reactivación de la economía mexicana. Principalmente, el financiamiento de Estados Unidos, Japón y Corea para la reubicación de las cadenas de valor representa la posibilidad de relocalización de la producción de partes y componentes cruciales en las cadenas hacia México.
Además, la potencialización de prácticas como el nearshoring y ally-shoring permitirán mayor atracción de inversiones hacia México, por lo cual, aumentaría la capacidad de nuestro país para participar estratégicamente en las cadenas regionales de valor. Sin duda, el aprovechamiento de la relocalización de las cadenas de valor es vital para la consolidación del papel de México como uno de los principales centros logísticos-portuarios a nivel regional.
En suma, la eficiencia de la actividad logística-portuaria en América Latina dependerá de la estrategia adoptada para la conducción económica de los países latinoamericanos, así como del posicionamiento de la región dentro del comercio mundial. Sin duda, ante las fluctuaciones constantes del ciclo económico, la recuperación de la región dependerá del aprovechamiento del friendshoring. Sin embargo, también deberá priorizarse la búsqueda de eficiencia y flexibilidad en las cadenas de suministro regionales.
Estudió la licenciatura en Relaciones Internacionales por parte de la Universidad Nacional Autónoma de México, con inclinación hacia el ámbito profesional de comercio exterior y la logística internacional. Actualmente, sus áreas de especialización se centran en las tendencias del comercio internacional, las cadenas de suministro global y la dinámica comercial de América del Norte.