Actualmente el comercio exterior se expande más a los mercados, tanto para vender (exportaciones) como para comprar (importaciones), haciendo posible un mayor crecimiento económico, relacionado con la producción de satisfactores, la creación de empleos, la generación de ingresos y las posibilidades de alcanzar un mayor bienestar. Por lo tanto, las importaciones son el fin y las exportaciones el medio, con lo que exportamos satisfacen sus necesidades los extranjeros y con lo que importamos las satisfacemos nosotros y de esta forma se logra el crecimiento para las economías.
De acuerdo con los datos revelados en la Balanza Comercial de Mercancías de México de noviembre 2022, desde septiembre el déficit se ha reducido en beneficio del tipo de cambio, que desde entonces ha parado la volatilidad y acumulado una apreciación de 3.54%. En las importaciones disminuyeron un 25.4% y fue el segmento de bienes de consumo tanto en las secciones petroleras con un -7.3% m/m, como en las no petroleras; en las exportaciones no se ha registrado un crecimiento desde el pasado mes de febrero y en noviembre fue de 0.08% menor que la del segundo mes del año.
Las manufactureras fueron las que resintieron los mayores efectos al caer 1.5% mensual en el caso del sector automotriz y 0.6% en el caso del resto, lo que estaría conectado al declive de la actividad global, y aún sin mejora en diciembre es probable que el trimestre refleje una mejoría en los flujos del comercio exterior desde el 2020.
Con el debilitamiento del mercado externo puede compensarse con el fortalecimiento interno en México, aunque este lleve tiempo queriendo llevarse a cabo correctamente y si se lograra concretar tendría que crear una economía más segura, aumentar más la confianza empresarial y tener las inversiones directas, aumentar las producciones de bienes y servicio, la creación de empleos y la generación de ingresos.
